jueves, 5 de enero de 2012

AYER






Ayer fui a ver a mi madre y para mi sorpresa estaba sin hacer punto.
Extrañada, le pregunté el motivo y me contestó que se le había acabado la lana.
Cuando no hace punto parece que le falta algo.
Estar de tertulia sin hacer nada no es su fuerte.
A mi tampoco me gusta, a no ser que esté en un bareto tomando una copa.











Yo creo que mi madre probablemente será una de las pocas personas en el mundo occidental que trabaje 14 horas al día estando a punto de cumplir 98 años.

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